Encontramos nuestro vagón mientras un agudo silbido suena a lo lejos. De repente, un movimiento nos empuja y comienza el traqueteo inconfundible bajo nuestros pies, miramos a nuestro alrededor y el paisaje cobra vida. Entonces tomamos asiento porque nuestro viaje ha comenzado.
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25 enero, 2015

EL FERROCARRIL DEL NORTE

El expreso de La Robla constituye la línea de vía estrecha más larga de Europa Occidental, que alcanza trescientos cuarenta kilómetros, comprendida entre La Robla (León) y Bilbao (Vizcaya). Su influencia económica y social a lo largo de más de un siglo ha destacado a este ferrocarril como uno de los más emblemáticos de España. Emprendemos hoy un viaje al pasado a bordo de este tren de época.

El origen del proyecto de este ferrocarril hay que buscarlo en la gran importancia adquirida por la industria metalúrgica en 1902 en los Altos Hornos de Vizcaya. Por aquellos tiempos esta industria enfrentaba el alto coste que representaba el transporte del carbón necesario para la elaboración del coque utilizado para alimentar los hornos de fundición. Este combustible llegaba a los puertos vizcaínos por vía marítima procedente de Asturias e Inglaterra, lo que acarreaba un incremento porcentual del combustible en el coste de producción.
Su tramo principal, entre La Robla y Valmaseda, fue inaugurado el 11 de agosto de 1894. Su objetivo era acercar la importante producción carbonífera de las cuencas mineras leonesa y palentina a su consumo en la poderosa industria siderúrgica de Vizcaya. El proyecto fue promovido y realizado por el ingeniero guipuzcoano Mariano Zuaznavar. Aunque en un principio se estudiaron dos variantes (una de ellas en ancho ibérico), al final se optó por realizar el trayecto en vía estrecha para abaratar costes, pues suponía un ahorro de un 60% respecto al ancho normal. El presupuesto inicial fue de 16 millones de pesetas. Durante todo el año 1890 se llevaron a cabo los trabajos de medición y estudios del terreno. Una vez se aprobó el proyecto de ley, ese mismo año se constituía la Sociedad del Ferrocarril Hullero de La Robla a Valmaseda S.A. Las obras fueron llevadas a cabo con gran rapidez. El 6 de octubre de 1892 fue inaugurado el primer tramo entre Valmaseda y Espinosa de los Monteros, de 45 kilómetros, salvando uno de los mayores desniveles del trayecto. El tramo principal de la línea (Valmaseda–La Robla) quedó inaugurado en 1894, apenas cuatro años después del inicio de las obras.
Las primeras locomotoras de vapor que surcaron su tendido fueron construidas por la Société Franco-Belge de La Croyère, y bautizadas con los nombres de las provincias que a su paso atravesaban: "León", "Palencia", "Guipúzcoa", "Burgos", "Vizcaya" y "Santander".
A partir de 1980, la empresa pública FEVE acometió un proceso de modernización de su material motor y remolcado, incorporando nuevas locomotoras.
El rendimiento de la línea descendió en todos estos años y en 1990 ya alcanzaba un gran déficit, lo que obligó al Ministerio al cese del servicio de viajeros entre Guardo y Valmaseda.

Desde 2009 el Expreso de La Robla realiza el recorrido turístico León-Bilbao: un viaje de jueves a domingo con salida y llegada en Bilbao. El viajero puede elegir entre dos itinerarios de diferente duración:
· Itinerario de La Robla: es un recorrido circular que parte y llega a Bilbao y que se adentra, principalmente, en Castilla y León. Su duración es de cuatro días y tres noches y en sus paradas se puede visitar el complejo kárstico de Ojos de Guareña, las cuevas del Valporquero y las ciudades de León, Palencia y Espinosa de los Monteros hasta la llegada a Valmaseda.
· Itinerario Paraíso Infinito: con salida y llegada a la ciudad de Bilbao. Su duración es de un fin de semana y transita en la región de Cantabria. Entre las visitas programadas incluye la villa medieval de Santillana del Mar, la cueva del Soplao, la ciudad de Santander y las villas marineras de Laredo y Santoña.

El Expreso de La Robla es un tren de nueve coches con capacidad para cincuenta y cuatro viajeros, un verdadero crucero sobre raíles que durante su travesía ofrece visitas históricas, culturales, y gastronómicas únicas. En los salones del tren tienen cabida un acogedor restaurante, y una zona de bar que cuenta con grandes pantallas de proyección. Amplios ventanales nos permiten seguir la ruta por el sur de la cornisa cantábrica sin perder un solo detalle.
Los compartimentos están equipados con dos camas, armario portamaletas, climatización, hilo musical y telefonía. Cada uno tiene su propio baño con ducha de hidromasaje y para asegurar el completo descanso el tren permanece parado en las estaciones durante toda la noche. Igualmente se puede realizar el viaje por motivos profesionales puesto que el tren ofrece un completo equipamiento para celebrar reuniones, talleres y conferencias sobre las vías. Sea cual sea el motivo de nuestro viaje, este ferrocarril del norte de España invita al viajero a perderse en el tiempo por una ruta histórica e inolvidable.


Más información: http://www.renfe.com/viajeros/nuestros_trenes/larobla.html