Encontramos nuestro vagón mientras un agudo silbido suena a lo lejos. De repente, un movimiento nos empuja y comienza el traqueteo inconfundible bajo nuestros pies, miramos a nuestro alrededor y el paisaje cobra vida. Entonces tomamos asiento porque nuestro viaje ha comenzado.
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10 marzo, 2015

EXPRESO A LA SELVA

En el estado australiano de Queensland una ruta centenaria se adentra en la selva tropical. A 328 metros sobre el nivel del mar, el tren a Kuranda se abre camino a través de un paraje que es Patrimonio de la Humanidad desafiando asombrosos acantilados y espectaculares gargantas. El escénico de Kuranda es uno de los recorridos en tren pioneros de las antípodas.

En 1882, al norte de la australiana ciudad de Queensland los mineros del Wild River, cerca de la cuidad de Heberton, eran incapaces de obtener suministros y se encontraban al borde de la hambruna. La maltrecha carretera que llevaba al interior de la isla desde Port Douglas se deterioraba más cada día y hacía el acceso imposible. Así fue como los habitantes de Heberton decidieron iniciar una campaña para promover la creación de una línea férrea hasta la costa.
En marzo de 1884 la ruta de la garganta de Barron Valley fue elegida finalmente para levantar el trazado férreo. El 10 de mayo de 1886, el entonces primer ministro de Queensland Sir Samuel Griffith clavaba una pala de plata en el suelo para simbolizar la puesta en marcha de las obras.
La construcción de la línea Cairns-Kuranda fue una hazaña de la ingeniería de gran magnitud. Un testimonio de la fortaleza y el sufrimiento de los cientos de hombres que participaron en su construcción. Hasta mil quinientos trabajadores, principalmente irlandeses e italianos, tomaron parte en el proyecto en el momento de más auge.

mapa de la ruta
La línea sumaba un total de 75,1 kilómetros a través de las amplias mesetas de Atherton que conducen a Mareeba. Se hicieron tres secciones de las que el ascenso por la segunda de ellas se volvió extremadamente arduo y peligroso debido al gradiente de la pendiente, a la densa selva y a los indígenas que defendían su territorio. La subida empezaba cerca de Redlynch, a 5.5 metros del nivel del mar, y continuaba por la cima de Myola con una altitud de 327.1 metros. Esta sección incluía 15 túneles, 93 curvas y más de 40 puentes a muchos metros sobre barrancos y cascadas. Los movimientos de tierras resultaban particularmente difíciles, lo que originó extensos muros de contención para los que se excavaron más de tres millones de metros cúbicos de tierra. 
En abril de 1890 el puente de Stoney Creek se encontraba casi completado cuando las obras recibieron una visita del gobernador de Queensland, el general Sir Henry Norman. Para celebrar el acto se preparó un banquete sobre este puente suspendido varios metros sobre la garganta. La historia cuenta que ese día no hubo discurso alguno debido al estruendo de las cataratas.
estación de Kuranda
En mayo de 1891, el ferrocarril llegaba a la segunda sección de Myola. En junio de ese mismo año se abría la línea para el tráfico de mercancías, diez días después se hizo lo propio para los pasajeros. 

El primer servicio de esta línea como tren turístico no tendría lugar hasta 1936. El escénico de Kuranda recorre 34 kilómetros desde Cairns hasta la ciudad de Kuranda en Queensland atravesando la densa selva durante una hora y cuarenta y cinco minutos. Subirse a este tren es deambular entre un verde paraíso tropical enmarcado por escarpadas montañas, y cascadas que se precipitan sin descanso sobre profundos escollos. Algunas de ellas, como la de Stoney Creek, incluso salpican al viajero desde su asiento.
Los coches de madera originales nos transportan a través de túneles hechos a mano y puentes levadizos, como el que se sostiene sobre la imponente garganta de Barron. Los viajeros descubrirán el magnetismo de los bosques húmedos de Far North Queensland y la increíble variedad de plantas y animales que habitan a lo largo del camino. 
La ciudad de Kuranda se encuentra a un breve paseo desde la estación. Allí encontraremos un zoo (donde alimentar canguros y koalas), mercados, galerías de arte y productos elaborados por los aborígenes. Hoy día la estación de Port Douglas es un popular destino vacacional y Cairns es un moderno centro turístico internacional.  


Más información: http://www.ksr.com.au