Actualmente Palermo, la capital de Sicilia, es más conocida no tanto por su antiguo pasado con la mafia como por sus interesantes y valiosísimos vestigios histórico artísticos que atestiguan la presencia de un gran número de civilizaciones que no dudaron en dejar su huella a su paso por la isla. Con una población de más de un millón y medio de habitantes, Palermo presenta un perfil dominado por las montañas bajo las cuales edificios de gran valor artístico dominan sus calles, algunos de marcada tendencia árabe normanda como su Catedral. Pero sin lugar a dudas son los conjuntos musivarios de época bizantina, uno de los más importantes de la Edad Media en Europa, como los que atesora la Catedral de Monreale (a pocos kilómetros del centro de la ciudad) los que más atraen la atención de quien recorre la isla. Según cuenta la leyenda, para la construcción del templo se necesitaron más de dos mil kilos de oro para cubrir los seis mil metros cuadrados de su interior convirtiéndolo así en una verdadera e inestimable obra de arte.
Conocida como Via Roma, la arteria principal de Palermo, no sólo es destacable por su gran actividad comercial sino también por conectar los lugares de mayor interés turístico de su casco urbano como el Palazzo delle Poste, la Piazza San Domenico y el Corso Vittorio Emanuele así como la Estación Central. Estos y otros emblemáticos edificios se encuentran repartidos a lo largo de sus dos kilómetros de recorrido partiendo desde la estación central palermitana hasta la Plaza Sturzo. En la ciudad existen un total de tres estaciones ferroviarias. La Stazione Centrale, la principal y más vetusta de todas ellas fue construida a finales del siglo diecinueve lo que la convierte en una de las estaciones italianas más antiguas todavía en funcionamiento. La estación de Notarbartolo, de la década de los sesenta que sirve para conectar la zona norte y la estación subterránea de Palazzo d'Orleans, de construcción más reciente que comunica algunos de los lugares más transitados como la Universidad degli Studi, la Piazza de la Indipendencia y el Palazzo dei Normanni.
La Stazione Centrale reclama su importancia al encontrarse situada en el centro de Palermo debido al crecimiento urbano manifestado en la ciudad desde finales del siglo XIX. Dicho crecimiento vino impulsado por un nuevo proyecto de modernización relacionado con un gran acontecimiento histórico: la anexión de Sicilia al Reino de Italia que dio paso al proyecto del ingeniero Felice Giarrusso a partir de 1885. El proyecto preveía la construcción de una Estación Central por parte del arquitecto Di Giovanni para aligerar el tránsito desde la ciudad nueva hacia la zona portuaria al mismo tiempo que creaba nuevas calles donde numerosos edificios realizados en la arquitectura ecléctica tan de moda en la época acabaron creando un nuevo espacio urbano que limitaría los confines de la nueva estación.
Si bien la estación original acabaría siendo modificada a principios de la II Guerra Mundial, su clásica cubierta de hierro y cristal dio paso a una nueva cubierta de cemento armado en la década de los cincuenta. En su exterior, destaca su monumental fachada de estilo clásico neorinascimentale típico del Palermo de finales de siglo, dividida por tres cuerpos frontales de tres pisos cada uno con impresionantes arcadas en cada nivel y una primera zona porticada con columnas mientras un pequeño reloj marca la hora rematando el primer cuerpo central. Su estilo presenta una marcada influencia del arquitecto Ernesto Basile conocido internacionalmente por promover el estilo Liberty como ningún otro lo hiciera en su Sicilia natal. Mientras, en su interior destaca la decoración de las pinturas del también gran artista siciliano Rocco Lentini. Frente a la fachada majestuosamente erigida en la plaza Julio César construida entre los años 1880 y 1886 como parte del proyecto de renovación de la ciudad, encontramos la estatua ecuestre dedicada al rey Vittorio Emanuele II, considerado el Padre de la Patria, que data de 1886 y fue realizada por Benedetto Civiletti. Esta estatua nos recuerda el importante acontecimiento histórico que llevó a modernizar Palermo así como otras ciudades italianas tras la unificación del país mientras una pequeña zona ajardinada revela el inicio de Via Roma mostrándose perfectamente perceptible desde la entrada de la estación.
Si bien la estación original acabaría siendo modificada a principios de la II Guerra Mundial, su clásica cubierta de hierro y cristal dio paso a una nueva cubierta de cemento armado en la década de los cincuenta. En su exterior, destaca su monumental fachada de estilo clásico neorinascimentale típico del Palermo de finales de siglo, dividida por tres cuerpos frontales de tres pisos cada uno con impresionantes arcadas en cada nivel y una primera zona porticada con columnas mientras un pequeño reloj marca la hora rematando el primer cuerpo central. Su estilo presenta una marcada influencia del arquitecto Ernesto Basile conocido internacionalmente por promover el estilo Liberty como ningún otro lo hiciera en su Sicilia natal. Mientras, en su interior destaca la decoración de las pinturas del también gran artista siciliano Rocco Lentini. Frente a la fachada majestuosamente erigida en la plaza Julio César construida entre los años 1880 y 1886 como parte del proyecto de renovación de la ciudad, encontramos la estatua ecuestre dedicada al rey Vittorio Emanuele II, considerado el Padre de la Patria, que data de 1886 y fue realizada por Benedetto Civiletti. Esta estatua nos recuerda el importante acontecimiento histórico que llevó a modernizar Palermo así como otras ciudades italianas tras la unificación del país mientras una pequeña zona ajardinada revela el inicio de Via Roma mostrándose perfectamente perceptible desde la entrada de la estación.
Cubierta central de 1886 |
Con un total de doscientos cincuenta trenes al día al comenzar el siglo veintiuno se sumó un nuevo acceso a los ya existentes, el del Trinacria Express, que conecta directamente la Estación Central con el aeropuerto Falcone Borsellino. De este modo, la estación suma más de cincuenta mil conexiones diarias mientras unos veinte millones de pasajeros aproximadamente pasan por sus andenes cada año.
En 2010 se llevaron a cabo nuevos trabajos de remodelación que permitieron rebajar la zona de andenes para facilitar el acceso. El mayor programa de reconstrucción y conservación será realizado por Grandi Stazioni y consistirá en un nuevo aligeramiento de la cubierta de nuevo en hierro y cristal así como un mayor espacio a la zona reservada a la actividad comercial. En cuanto a la actual entrada por plaza Julio César se pretende crear un gran espacio destinado a una mayor área de tránsito y servicios que mejoren el sistema de accesos y permitan una nueva señalización más eficiente. A todo ello se sumarán dos nuevas entradas secundarias en Piazza Cupani y via Balsamo. Si bien estas mejoras también repercutirán en el entorno de la estación, en particular a la plaza Julio César y a la plaza Cupani donde se llevarán a cabo nuevas obras de pavimentación y remodelación del entorno urbano así como la creación de una nueva parada de taxis, un nuevo recorrido peatonal que conectará directamente con la terminal de autobuses y una nueva zona de aparcamiento.
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