Encontramos nuestro vagón mientras un agudo silbido suena a lo lejos. De repente, un movimiento nos empuja y comienza el traqueteo inconfundible bajo nuestros pies, miramos a nuestro alrededor y el paisaje cobra vida. Entonces tomamos asiento porque nuestro viaje ha comenzado.
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16 marzo, 2014

MATERIAL RODANTE: EL TRANVÍA

Abrimos una nueva serie dedicada a aquellos elementos que se encuentran sobre la vía. Indagaremos sobre el material de superficie, las innovaciones técnicas, los sistemas eléctricos y de seguridad, y todo aquel elemento ferroviario relevante. En esta entrada comenzaremos por uno de los vehículos ferroviarios más versátiles, el tranvía.

tranvía de Lisboa
Vivió su época de esplendor en las primeras décadas del siglo veinte hasta que sucesos como el Gran escándalo del tranvía de Estados Unidos, a mediados de siglo, propició que las redes de tranvía se dejaran de mantener y modernizar siendo reemplazadas por líneas de autobuses, para más tarde caer en el olvido tras el impulso de la industria automovilística. Su restauración como transporte urbano tuvo lugar en Francia gracias a los proyectos surgidos tras la crisis del petróleo de 1973 y la saturación automovilística de los centros urbanos. Hoy día, los avances tecnológicos han convertido al tranvía en un medio de transporte público sostenible con un alto nivel de prestaciones por su accesibilidad, baja acústica, rapidez, regularidad, comodidad y ecología.
El tranvía consiste en un tren ligero que circula en superficie a través de áreas urbanas, en las propias calles, sin separación del resto de la vía ni por carril, ni por sector reservado. Estas unidades se distinguen por contaminar menos, sus vagones son silenciosos, cómodos y en muchos casos más rápidos que el autobús y con mayor capacidad, pues pueden acoger a unos doscientos pasajeros. 
tranvía de Burdeos
La energía eléctrica que usan en sus desplazamientos la toman de la línea aérea de contacto mediante un trole de pértiga, un pantógrafo o un arco raspante (en el punto intermedio). El pantógrafo está formado por un sistema articulado que sujeta un patín, presionándolo contra la catenaria, bajo la que se desliza. Se sitúa en el techo de la unidad tractora y es regulable en altura de forma automática, para poder alcanzar la catenaria (línea aérea de cables que transmiten energía eléctrica) independientemente de la altura a la que se encuentre el hilo conductor aéreo. La presión necesaria sobre el hilo de contacto puede obtenerse de manera mecánica (muelles o resortes) o neumática. La diferencia entre un pantógrafo y un trole radica en que el primero tiene una pletina que frota el hilo por la parte inferior de este, mientras que el trole tiene una polea o roldana que rueda bajo el hilo. Al margen del mecanismo clásico, se han implantado modernos sistemas de circulación sin hilo aéreo de contacto, sobre todo en la zona monumental de las ciudades con objeto de causar un menor impacto estético y ambiental.

Una alternativa innovadora para impulsar estas unidades motoras consiste en el sistema ACR (Acumulador de Carga Rápida), un sistema de alimentación de tranvías sin necesidad de hilo aéreo de contacto, desarrollado por CAF con la colaboración de Trainelec. Según su diseño el tranvía es alimentado por baterías que se recargan con la energía del frenado, con conexión a la red eléctrica en las paradas (90 segundos). Las baterías están basadas en ultracondensadores situados en la parte superior de las cabinas. Con este sistema el tranvía es capaz de recorrer con facilidad 1000 metros, distancia que puede variar según las características de la vía. Sevilla y Zaragoza son dos de las ciudades donde este sistema se ha implantado con buenos resultados.
El llamado APS (Alimentation Par le Sol, alimentación por el suelo) es otro sistema de alimentación de electricidad para tranvías que evita el tendido de hilo aéreo. Desarrollado por Innorail (filial de Alstom), se ha incorporado en varios tramos del tranvía de Burdeos. Aquí se sitúa un tercer raíl entre los dos raíles principales así como frotadores eléctricos en los coches. Conforme avanza, el tranvía activa automáticamente la alimentación eléctrica del tercer raíl, enviando una señal a las cajas de control por medio de una antena inductiva.
en San Francisco
El peculiar y conocido tranvía de la ciudad de San Francisco, en California, basa la movilidad de sus unidades en un riel situado entre ambas vías de cada uno de los sentidos. Por este discurre un largo cable sinfín que se mueve en el sentido de la marcha. Al ser doble vía, el cable gira también en la zona de inversión de marcha de cada línea y se encamina hacia el sentido contrario. Una vez que el tranvía ha efectuado el recorrido de ida, es introducido manualmente en una plataforma giratoria de madera donde se le da la vuelta. Allí volverá a pinzar el cable que gira también en ese mismo sitio para iniciar el camino de retorno. El de San Francisco es el último de los tranvías conducidos a mano. Este icono de la ciudad que forma parte del transporte urbano intermodal es operado por la San Francisco Municipal Railway. De las veintitrés líneas existentes de 1873 a 1890 solo quedan tres las cuales operan desde el downtown cerca de Union Square hasta Fichermans. Unos siete millones de viajeros lo usan cada año, en su mayoría turistas. Otros dos antiguos tranvías con sistemas de tracción por cable son el Great Orme Tramway en Llandudno (Gales), y el Elevador do Lavra en Lisboa.
tranvía de Melbourne
Los tranvías de la zona industrial de Alta Silesia, en Polonia, y los de Melbourne, Australia, presumen de ser las mayores redes de este medio de transporte en el mundo, si bien la línea más larga de vía simple corresponde al tranvía costero belga. Así, probada su solvencia para desenvolverse por casi cualquier entorno, actualmente se diseñan para soportar temperaturas extremas y las condiciones atmosféricas más complejas. Es el caso del primer tranvía del golfo pérsico con alimentación exclusiva a través del suelo, el cual ha sido creado por Alstom y circula por Dubai. Dotado para enfrentar la dureza del desierto, cuando esté acabado se convertirá en el primero del mundo en funcionar sin hilos durante todo su trazado de 14,7 kilómetros. El tranvía Citadis tiene 44 metros y puede transportar hasta 408 viajeros distribuidos en varias clases con todas las prestaciones imaginables.
Dado el crecimiento continuo, cada vez es más frecuente que las grandes urbes confíen en este medio para solucionar sus problemas de congestión y contaminación. Una de ellas es la ciudad australiana de Sydney que planea un proyecto con treinta de estos trenes ligeros para realizar trayectos de una hora llevando hasta nueve mil pasajeros, algo para lo que se necesitarían ciento cincuenta autobuses.
Con los años el tranvía ha demostrado ser un transporte público moderno y polivalente que aun nos puede sorprender por su funcionalidad y que sin duda formará parte del paisaje urbano de las ciudades del futuro.