Encontramos nuestro vagón mientras un agudo silbido suena a lo lejos. De repente, un movimiento nos empuja y comienza el traqueteo inconfundible bajo nuestros pies, miramos a nuestro alrededor y el paisaje cobra vida. Entonces tomamos asiento porque nuestro viaje ha comenzado.
Entradas

10 agosto, 2014

EL TREN CRUCERO

Uno de los viajes en tren más espectaculares es el que surca el valle de los volcanes en la cordillera de los Andes y se enfrenta a una de las pendientes más angostas jamás frecuentada por un ferrocarril. Es el crucero terrestre más admirado y también el más temido por quienes se atreven a aceptar el desafío. 

Los ferrocarriles de Ecuador se componen de tres líneas principales: Quito - Durán (Guayaquil) o línea del sur; el ramal de Sibambe a Cuenca (perteneciente a la línea anterior); y Quito - San Lorenzo o línea del norte, totalizando unos 966 kilómetros. En 1965, estas líneas, de ancho 1067 mm, estaban en funcionamiento y constituían un medio de transporte importante tanto para mercancías como para pasajeros. En los años siguientes el ferrocarril ecuatoriano necesitaría inversión, mantenimiento y, sin duda, más viajeros. Sin embargo, la mejora de las calzadas andinas acortó los tiempos de viaje y a mediados de los setenta la línea férrea estaba ya en declive. Dos décadas más tarde gran parte de la red ferroviaria se encontraba en situación muy precaria o fuera de servicio. Con el cambio de siglo tan sólo los tramos Quito - Latacunga (línea del sur), a su paso por el Parque Nacional Cotopaxi, el trecho Riobamba - Alausí - Sibambe (con el famoso zig-zag), el tramo de 45 kilómetros Ibarra - Primer Paso (línea del norte) y un corto trayecto cerca de San Lorenzo (línea del norte) continuaban operando, principalmente con fines turísticos. Incluso en esos tramos, debido al deterioro de la infraestructura sólo trenes ligeros podían circular.
La construcción del ferrocarril Quito - Guayaquil se inició en 1872. Así, la primera locomotora empezaría a rodar el 18 de julio de 1873 desde la estación de Yaguachi. Después de años de pocos avances, la construcción se aceleró en 1895 cuando los trabajos fueron encargados a The Guayaquil and Quito Railway Company, dirigida por el estadounidense Archer Harman. Tras vencer numerosos obstáculos geográficos, principalmente la barrera rocosa conocida como "nariz del diablo", la obra concluyó el 25 de junio de 1908 con la llegada del primer tren a la estación de Chimbacalle, en Quito. Cuatro mil trabajadores jamaiquinos participaron en la construcción del ferrocarril exponiéndose a la altura y a enfermedades como la peste, que afectó incluso al ingeniero jefe de la obra y a su ayudante que murieron en el transcurso.
a su paso por la garganta
En 1905 el ferrocarril llegó a Riobamba, en la Sierra Central del país. Mientras se alcanzaba el objetivo final, el ferrocarril ya había empezado a prestar servicios al público en los tramos ya terminados. El punto más alto de la ruta recayó en la ciudad de Urbina (3609 metros), cerca del Chimborazo (6268 m), la montaña más alta del país que, dada su posición en el ecuador, se convierte en el pico más cercano al Sol. Desde aquí la línea toma altura según se aproxima a la garganta más profunda, la llamada "nariz del diablo", donde las vías viran en una serie de precipitados avances y retrocesos grabados en la montaña rocosa. Todo un desafío de la ingeniería que se ganó el apelativo de la vía férrea más difícil del mundo, una fama que la mantendría operativa mientras el resto de la ruta caía en desuso. 
Nacionalizada en la década de los veinte The Guayaquil and Quito Railway Company pasó a convertirse en la Empresa Nacional de Ferrocarriles del Estado (ENFE), con el propósito de impulsar sus exiguos beneficios. En abril de 2008, coincidiendo con el aniversario de su estreno, el estado declaró Patrimonio Cultural a la red ferroviaria del Ecuador y anunció que durante los próximos años invertiría 280 millones de dólares para rehabilitar la línea del ferrocarril Quito - Durán con miras turísticas. Finalmente, el 27 y 28 de enero de 2013 se reinauguraba el tramo entre Guamote y Durán con lo que se completaba la línea del sur.

interior del tren
El tren Crucero comienza su ruta en Quito, situada en la Sierra andina, y establece su llegada en la ciudad de Durán, en la provincia de Guayas, en la costa ecuatoriana. Quito es la capital más alta del mundo, con una elevación de 2850 metros. Uno de los centros coloniales mejor preservados de América, rebosante de arte y de cultura. Cerca de dos millones y medio de personas viven en esta ciudad rodeada de cinco volcanes, incluido el combativo Pichincha. La capital es el punto de partida hacia un viaje de cuatro días. Una vez el tren se libera del ajetreo de la ciudad se desliza dentro del verde paisaje de las montañas y las tierras de cultivo. El ferrocarril se encamina a Machachi a lo largo del valle de Cotopaxi. Hace su primera parada en la estación El Boliche, a los pies del volcán Cotopaxi (5897 m). Allí, los viajeros podrán recorrer el Parque Nacional Cotopaxi y la laguna de Limpiopungo. Un trayecto de más de 450 Kilómetros con ascensos hasta los 3600 msnm y descensos hasta el nivel del mar. Un azaroso recorrido sobre volcanes, algunos activos, cuya volátil e impredecible naturaleza simboliza el turbulento pasado del pueblo indígena andino, que tuvo que luchar contra incas y españoles para ganar así su independencia.
Este crucero en ferrocarril cuenta con cuatro convoyes que darán cabida a cincuenta y cuatro pasajeros. Incluye comidas, tres noches en haciendas y varias paradas en plantaciones de coco y rosas. Además ofrece la oportunidad de visitar el mercado indígena y conocer la vida de una tribu de la Amazonia. El viaje concluye muy cerca de Guayaquil, la ciudad más populosa del país, donde una gran fiesta espera al pasaje obsequiándole con un desfile de música y de color.

Más información: http://trenecuador.com/crucero/es/