La Flying Scotsman es la más famosa locomotora, un símbolo icónico de Escocia y de los gloriosos viajes a vapor. Diseñada por Sir Nigel Gresley en 1923 para la London and North Eastern Railway, se convirtió en la primera máquina en llevar la distintiva insignia verde manzana.
El primer expreso escocés se puso en funcionamiento en 1862 con salidas simultáneas desde la estación King Cross de Londres y la estación Waverley de Edimburgo. Aquel viaje consumía diez horas y media, incluyendo una parada de media hora en York para comer. La línea sobre la que transitaba fue construida en el siglo diecinueve por pequeñas compañías ferroviarias que tras diversas fusiones y adquisiciones se convirtieron en solo tres: la North British Railway, la North Eastern Railway y la Great Northern Railway, las cuales establecieron finalmente en 1860 la East Coast Joint Stock, precursora de este tren en particular. Con los años, las competiciones y las mejoras tecnológicas llevaron a reducir su tiempo sobre las vías en ocho horas y media en 1888. Al llegar el cambio de siglo, el tren fue íntegramente modernizado, introduciendo novedades como los pasillos entre vagones, la calefacción y el vagón-restaurante, lo que reducía la parada en York a 15 minutos.
Debido a un acuerdo entre varias compañías para competir en las rutas este y oeste que dieron lugar a las famosas carreras de 1888 y 1895, la velocidad de los expresos escoceses fue limitada. En aquel momento el tiempo para los 631 kilómetros que distaban las capitales británicas seguía en 8 horas 15 minutos. Con la aplicación de las innovaciones técnicas, el consumo de carbón de las locomotoras A1 fue drásticamente reducido y se hizo posible hacer el servicio sin paradas.
Debido a un acuerdo entre varias compañías para competir en las rutas este y oeste que dieron lugar a las famosas carreras de 1888 y 1895, la velocidad de los expresos escoceses fue limitada. En aquel momento el tiempo para los 631 kilómetros que distaban las capitales británicas seguía en 8 horas 15 minutos. Con la aplicación de las innovaciones técnicas, el consumo de carbón de las locomotoras A1 fue drásticamente reducido y se hizo posible hacer el servicio sin paradas.
La locomotora de la clase A1 número 4472 fue la primera de vapor en alcanzar los 160 km/h por lo que en 1928 tomó el nombre de Flying Scotman, volador escocés, ya que llevó a cabo el viaje inaugural desde Londres sin paradas, todo un récord para la época. Además de su tradicional salida a las diez, aquella línea había mejorado el catering y proporcionaba innovadores servicios a bordo, como ofrecer un corte de pelo. Por fin, en 1938 el viaje reducía la duración del trayecto a siete horas y veinte minutos. Diez años más tarde, sin quererlo, el tren rompía su propio récord, llegando a recorrer hasta 657 kilómetros debido a las desviaciones que las lluvias ocasionaron en la línea principal.
En 1948 las cuatro compañías ferroviarias regionales se nacionalizaron formando la British Rail para la que la Flying continuó en servicio renumerada como 60103, cambiando su aspecto verde manzana a azul oscuro y más tarde a verde oscuro. Finalmente, en 1963 se retiró de las vías si bien durante su periodo activo esta locomotora acumuló más de tres millones trescientos mil kilómetros. Ese mismo año fue vendida a manos particulares para ser restaurada y retornada a su condición original. En 1989 en un viaje por Australia consiguió dos nuevos récords: el trayecto más lago sin paradas realizado por una locomotora de vapor (679 kilómetros), y ser la primera en circunnavegar el globo mientras viajaba de regreso a Reino Unido vía el Cabo de Hornos. Comprada por el Museo Nacional de Ferrocarriles en 2004 para su conservación en York, el país pudo a partir de entonces volver a apreciar la máquina en todo su esplendor. Flying a su salida de York |
En la actualidad, es otro tren escocés quien toma los raíles entre las capitales escocesa e inglesa con todo lujo de detalles. Se trata del servicio Royal Scotsman, que funcionó bajo el mando de la GNER desde 1996 hasta 2007, y después bajo la National Express East Coast hasta noviembre de 2009. Su operador actual es la compañía Great Scottish & Western Railway, que fue adquirida por Orient Express Hotels en 2005, quien es propietario de otros lujosos trenes como el VSOE y el Northern Belle. Desde mayo de 2011 la marca fue relanzada por la East Coast con salidas desde Edimburgo a las 5.40 pm hasta Londres parando tan solo en Newcastle. Por primera vez en su historia el ferrocarril corre en una sola dirección y realiza una marca de 4 horas y 19 minutos.
El Royal, tal y como se lo conoce ahora, lleva funcionando desde 1985. Se ha consolidado como el único y más lujoso tren turístico que viaja cada año por Escocia desde mayo hasta octubre. Reformulado en la década de los noventa cuenta con siete coches Pullman completamente restaurados y comprados a Metro-Cammell en 1960.
El Royal, tal y como se lo conoce ahora, lleva funcionando desde 1985. Se ha consolidado como el único y más lujoso tren turístico que viaja cada año por Escocia desde mayo hasta octubre. Reformulado en la década de los noventa cuenta con siete coches Pullman completamente restaurados y comprados a Metro-Cammell en 1960.
El Royal Scotsman acomoda a tan solo 36 invitados en confortables vagones de estilo eduardiano provistos de elegantes suites decoradas en rica marquetería, flores frescas y suntuosas telas. Disponen de vestidor y baño privado con ducha, control de climatización y ventanas panorámicas, y, como no podía ser de otro modo, almohadón y edredón de plumas.
Además, sus veinte vagones reposan durante la noche en las vías o estaciones lo que asegura un sueño tranquilo. En el coche restaurante, que está decorado en caoba y damascos, se sirven las suculentas especialidades regionales acompañadas de los más selectos vinos. El vagón de observación al final del tren permite aire fresco y vistas ininterrumpidas. El itinerario propuesto para este año propone introducirse en el corazón de la más pura esencia escocesa. Con cuatro alternativas diferentes el Royal ofrece viajes de dos a siete noches a lo largo y ancho del país en busca del mejor escenario en un ambiente cálido y acogedor, cuidando cada detalle para hacer del viaje una experiencia inolvidable. Tres de estas rutas incluyen un paseo por las mejores destilerías del país; jugar en tres de los campos de golf más prestigiosos del mundo, así como introducirse en los castillos e históricos jardines de la campiña escocesa. Pero si lo que queremos es conocer la Escocia más tradicional nada mejor que la ruta clásica de cuatro noches de duración para captar la quintaesencia de su rico legado reflejado en sus espectaculares paisajes repletos de tranquilidad e inspiración.
salón interior |
Más información: http://www.royalscotsman.com.