Encontramos nuestro vagón mientras un agudo silbido suena a lo lejos. De repente, un movimiento nos empuja y comienza el traqueteo inconfundible bajo nuestros pies, miramos a nuestro alrededor y el paisaje cobra vida. Entonces tomamos asiento porque nuestro viaje ha comenzado.
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10 junio, 2014

EL FERROCARRIL DE LA SABANA

Entre el altiplano y la cordillera oriental a 2.600 metros sobre el nivel del mar la Sabana de Bogotá reúne cientos de ecosistemas en un paisaje único repleto de humedales y lluvias constantes donde se fusionan los afluentes del río Bogotá. El mismo lugar donde en 1899 se realizara la apertura del primer recorrido ferroviario nacional entre Bogotá y Facatativá, justo cuarenta años después de la inauguración del Ferrocarril transcontinental Atlántico-Pacífico.

A finales del siglo diecinueve y compitiendo con la agitada vida política que atravesaba el país los recién instaurados Departamentos de Colombia importaron el ferrocarril con el único propósito de abrir su comercio hacia el exterior. En la década de 1880 y sin contar todavía con una red nacional bien comunicada el Ferrocarril de la Sabana consiguió unir por primera vez el Área Metropolitana de Bogotá al mismo tiempo que la ciudad empezaba a crecer entorno a sus vías. Una vez terminado el primer trazado de cuarenta kilómetros hasta Facatativá la línea que continuaba sin prisas hacia la Sabana finalmente fue completada en 1953 comunicando Bogotá con las principales ciudades del Departamento de Cundinamarca. El recorrido de 200 kilómetros controlado por la Compañía de Ferrocarriles Nacionales se extendía por occidente a través del curso del río Magdalena hasta la ciudad de Santa Marta, principal puerto del país, y a lo largo de seis estaciones mientras por el sur se detenía en otras cinco. Rumbo al norte y tras llegar a la estación de La Caro la línea se dividía hacia el nordeste hasta las ciudades de Zipaquirá y Nemocón antes de conectar con el ferrocarril de los Departamentos de Boyacá y Santander. 
Con la construcción de las carreteras el ferrocarril de la Sabana dejaría de prestar servicio en 1991 aunque una de las líneas, la del Ferrocarril del Nordeste, pronto quedaría destinada a fines turísticos. Hoy, la empresa Turistren dirige esta línea que parte desde la céntrica estación de la Sabana, antigua sede de los Ferrocarriles Nacionales, situada en la Avenida Centenario en pleno centro de Bogotá. Construida entre 1913 y 1917 por el ingeniero británico William Lidstone (para sustituir a la antigua estación que albergara la primera línea entre Bogotá y Facatativá) la estación de la Sabana sigue deslumbrando por su elegante estilo neoclásico original de Mariano Santamaría. Diseñada con una sola planta en forma de U desde el vestíbulo principal se puede acceder tanto a los edificios como a las vías compuestas por un andén central y dos laterales. Con todo, de la estación original que llegó a superar los 750.000 pesos en oro de la época poco se conserva excepto el vestíbulo principal decorado con estilizadas columnas de capiteles corintios por el escultor suizo Colombo Ramelli. 
Estación de la Sabana
Declarada monumento nacional desde 1984 la estación de la Sabana que se encontraba en ruinas a principios del siglo pasado empezó a ser remodelada en la década de los cincuenta al añadir un nivel superior en los edificios así como un ático central en la fachada principal. Actualmente, en dicha fachada puede observarse el escudo nacional y una gran escultura del cóndor de los Andes. Desde aquí cada fin de semana y festivo a las 9:30h de la mañana parte una antigua locomotora de vapor junto a un total de catorce coches con capacidad para 560 pasajeros con rumbo a las ciudades de Usaquén, La Caro, Cajicá y Zipaquirá, famosa esta última por su Catedral de la Sal. 
El aroma a tamal y chocolate santafereño inunda los vagones mientras la imponente locomotora atraviesa la inmensa región de la Sabana norte de Bogotá para llegar a la bonita estación de Zipaquirá a media mañana. Al son de la típica música papayera parte hacia Cajicá donde hace una parada de dos horas. Esta pequeña ciudad ofrece todo tipo de manjares para almorzar además de un bonito mercado donde hacer compras o simplemente dar un paseo. De regreso al vagón se llega a la capital a las 5:40 de la tarde tras haber recorrido cincuenta y tres kilómetros en ocho horas de viaje.
Según datos del Ministerio de Transporte, Colombia posee una red férrea de 3.468 kilómetros, de los cuales el 56,5 por ciento (1.961 km) está concesionado o en proceso de serlo; el 38,4 por ciento (1.332 km) permanece inactivo y el 4,3 por ciento (150 km) está en manos privadas. Un tren que circula además a través de vía estrecha (914 mm) y se encuentra por tanto limitado por su capacidad y potencia. Es necesario modernizar la red férrea nacional y adoptar la vía estándar para permitir la sincronización con operaciones de puertos marítimos y aéreos así como con las redes terrestres de carreteras y los sistemas ferroviarios de los países vecinos. Un cambio cuyo elevado coste el Gobierno se resiste a afrontar.
Así las cosas, los planes para modernizar la red de transporte de Colombia pasan por cambiar el paradigma del transporte tradicional al multimodal: aquel que integra el tren y el metro ligero en lo que se ha dado en llamar el Tren Tram. La propuesta anticipa una primera línea que partiría de la estación de la Sabana en Bogotá hasta el municipio de Soacha usando parte del antiguo ferrocarril, la cual tendría capacidad para transportar unas noventa mil personas. El segundo corredor tendría treinta y nueve kilómetros y saldría de Bogotá hacia Facatativá, con un tramo adicional que conectaría en Fontibón con el aeropuerto El Dorado y sustentaría diecisiete estaciones, transportando setenta mil personas al día. En total los dos trayectos suman 63 kilómetros y se estima que atiendan a 128 millones de pasajeros al año. En el proyecto participa la Gobernación de Cundinamarca y el Gobierno Nacional a través de la Agencia Nacional de Infraestructura quienes asumirían cerca del 20% de la obra, dando el 80% a un consorcio extranjero que explotaría el tren durante 30 años. Un gran salto tecnológico que, de hacerse realidad, impulsaría el país hacia la competitividad, modernidad y desarrollo que tanto necesita.


Más información: http://www.turistren.com.co/