La fastuosa y llamativa estación de color crema de Kuala Lumpur coronada con torres y minaretes expone una fusión de estilos única en el mundo. El aire islámico del edificio recuerda imágenes de la época dorada del Imperio Británico, si bien con los años la arquitectura del entorno ha dejado una marca algo extrafalaria incluso para esta ciudad asiática.
La estación de Kuala Lumpur fue proyectada cuando el gerente de la ferroviaria asiática Charles E. Spooner previno la expansión de las líneas de Malasia. La operadora ferroviaria de los Estados Malasios Federados (FMSR) nació con la formación de los mismos en 1896, lo cual abría una línea de comunicación férrea a través del estado de Johore que conectaba la capital de Malasia con Singapur.
El diseño de la vigente estación corrió a cargo de Arthur B. Hubback, un arquitecto británico que utilizó las nociones sobre arquitectura anglo-asiática adquiridas durante su servicio militar en la India, lo que pondría de manifiesto un estilo poco común en la época. Dentro del proyecto se incluía un hotel, el llamado Station Hotel, que más tarde se convertiría en el Heritage Station Hotel. Terminada la obra en agosto de 1910, el resultado dotaba a la terminal de una mezcla de estilos occidentales y mogol. La estación consta de un edificio principal y tres plataformas que dan cabida a cuatro vías férreas. Ambas partes están conectadas a través de dos pasos subterráneos. El edificio central es donde se encuentran el vestíbulo, los mostradores y las oficinas. En el ala norte se incorporó una ampliación de tres plantas durante las primeras etapas de su funcionamiento. Esta parte muestra reminescencias de la época colonial, con arcos de diferentes tamaños y terrazas circundantes. En su interior el hall principal está dominado por arcos de herradura y grandes chhatris. A diferencia de los edificios de ladrillo propios de la época, la fachada de la estación de tren de Kuala Lumpur está totalmente pintada.
Moderna estación Sentral y vista aérea de la antigua terminal |
A partir de 1995 los servicios de cercanías se introdujeron en la estación. Con el traslado de la mayor parte de servicios a la nueva estación Sentral en 2001, la vieja terminal ha disminuido en importancia. Tanto así que su actividad actual se centra en el tren Keretapi Tanah Melayu (KTM) Komuter, que viaja alrededor de los distritos de Kuala Lumpur. También sirve como estación de autobuses para el transporte que cubre el trayecto entre Singapur y Malasia peninsular. No hay que confundir la línea interurbana de largo recorrido con el KTM Komuter, que conecta la moderna estación Sentral con el valle de Klang y Seremban. Las posibles rutas que ofrece el operador local KTM Komuter llevan hasta las Cuevas Batú, el Barrio Chino o Little India entre otras, además hace paradas en las zonas comerciales y financieras así como en espacios abiertos como el Sunway Lagoon y sus parques temáticos. La venta de billetes se realiza en la estación a través de las ventanillas o de las distintivas máquinas expendedoras cuando no se encuentran estropeadas.
Kuala Lumpur, la capital y mayor ciudad de Malasia, es una ciudad de poco más de 150 años de antigüedad. En ella conviven malayos, chinos, indios, eurasiáticos, kadazanes e ibanes en una amalgama de culturas y religiones que impregna cada rincón de la urbe: desde el moderno barrio financiero presidido por las Torres Pretonas a las caóticas calles del barrio chino, pasando por la apacible Plaza de la Independencia con su característica fuente y el denominado Parque del Centro. Aunque la ciudad se esfuerza por conseguir un sistema de transporte cada vez más rápido, eficiente y barato con frecuencia el transporte público suele estar congestionado. Muy atrás quedaron ya los viejos tiempos que despiertan la nostalgia por el viaje romántico en ferrocarril, aunque aun hoy estaciones como esta no dejen de evocar el recuerdo.
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