Hoy proponemos un innovador y singular modo de desplazarnos por las ciudades evitando el tráfico a gran velocidad de un modo eficiente y limpio. Estrella de parques de atracciones y recorridos turísticos el monorraíl puede tener la clave del transporte del futuro.
El monorraíl se define como la vía simple sobre la que circulan unidades móviles que transportan pasajeros o mercancías. En la mayoría de los casos el raíl es elevado, pero los vehículos pueden circular igualmente a nivel de suelo, bajo el mismo o incluso en túneles suburbanos. Su característica esencial consiste en que los vagones designados para el monorraíl son más anchos que la vía que los sustenta.
Schwebebahn |
La historia del ferrocarril monorraíl comienza hacia 1821 con una patente de Henry R. Palmer que se pondría en práctica en Londres y en Hertfordshire en 1825. La línea de Cheshunt Railway se convirtió en el primer transporte de pasajeros en el mundo y consistía en un caballo que tiraba de unos coches colgados de un carril. El transporte se perfeccionaría con los años como probó el primer monorraíl suspendido construido en acero, el Enos Electric Railway, en New Jersey en el año 1886. En este se basarían las sucesivas construcciones de principios del siglo veinte, entre ellas el Schwebebahn de Wuppertal, el único ferrocarril urbano colgante del continente europeo. Situado en el estado alemán de Renania del Norte-Westfalia, el tren suspendido viaja a lo largo de una ruta de 13.3 kilómetros de largo, a unos doce metros por encima de la superficie del río y a ocho por encima de las calles de la ciudad.
Durante las primeras décadas del siglo veinte se sucedieron diversas patentes y prototipos que los ingenieros no dudaron en poner en práctica en pequeños trayectos si bien el medio no prosperaba por falta de financiación. En 1952 el industrial suizo Axel Lennart fue el primero en construir un sistema de monorraíles tras la segunda Guerra Mundial. El sistema de alta velocidad denominado Alweg no encontró su lugar en el mundo hasta una versión posterior que fue desarrollada en 1957. El diseño captó la atención del público cuando fue utilizado en el parque temático de Disneyland en 1959. En Asia el debut del monorraíl tomó forma en Tokyo con el Ueno zoo en 1957, una versión renovada del modelo alemán.
monorraíl en Las Vegas |
Los monorraíles modernos se basan en varios diseños competidores divididos en dos clases generales: monorraíles sobre viga y suspendidos. Este sistema es la mejor solución en áreas donde no es posible realizar cambios estructurales para hacer sitio al transporte público. Entre los criterios para su construcción figura su menor impacto ambiental debido a que no es necesario perforar ni modificar el terreno y además no emite gases. Asimismo su rápida puesta en marcha, la flexibilidad en la ruta (su trazado elevado puede salvar casi cualquier contingencia) y los bajos costes de mantenimiento debido al alto nivel de tecnología aplicada son factores determinantes.
El tipo más extendido de monorraíl actualmente es el que circula sobre una viga de hormigón armado de 0.5 a un metro de ancho. Un vagón con neumáticos de caucho se apoya sobre dicha viga y sus laterales logrando tracción y estabilidad. La compañía alemana Alweg fue la precursora de este modelo. En el monorraíl suspendido desarrollado por la compañía francesa Safege los vagones del tren circulan por debajo del sistema de ruedas, las cuales se mueven dentro de la viga (como los que prestan servicio en el aeropuerto a la ciudad alemana de Düsseldorf y en la ciudad de Ankara, en Turquía). Los monorraíles actuales están propulsados por motores eléctricos alimentados por terceros raíles duales, cables de contacto o canales electrificados contenidos en sus vigas de guía. A diferencia de los ferrocarriles convencionales, los monorraíles sobre vigas abrazan el raíl y por tanto son físicamente incapaces de descarrilar (salvo que la propia viga esté dañada), lo que los convierte en medios seguros y eficientes.
Los trenes de levitación magnética (Maglevs) fueron construidos como monorraíles sobre viga, debido a que este diseño proporciona una alta estabilidad y permite alcanzar velocidades elevadas superando incluso los 500 km/h. Este sistema pone en práctica una avanzada tecnología mediante la cual las fuerzas magnéticas elevan, propulsan y guían los vagones sobre el raíl. Así, ningún elemento de la unidad vehicular toca la superficie de la vía, de modo que el tren flota mientras avanza a gran velocidad. Sin fricción se reduce el mantenimiento del sistema logrando un transporte suave y silencioso. Las primeras pruebas se remontan a 1984. En 1989 se concluyó con éxito la conexión entre la estación Oe y el puerto de Nagoya. Por su parte, la empresa Transrapid inició sus experiencias con la levitación magnética en la ciudad alemana de Emsland y estableció en 1993 un récord mundial para el Maglev alcanzando los 450 km/h. La construcción de su primer transporte comercial comenzó en 2001 y tres años más tarde se cubrían los treinta kilómetros de la línea que une el aeropuerto internacional de Pudong en Shanghai con el distrito financiero de la ciudad en aproximadamente ocho minutos. El Maglev de Shanghai es el sistema ferroviario más veloz del mundo con un servicio regular que literalmente vuela a 430 km/h.
Los trenes de levitación magnética (Maglevs) fueron construidos como monorraíles sobre viga, debido a que este diseño proporciona una alta estabilidad y permite alcanzar velocidades elevadas superando incluso los 500 km/h. Este sistema pone en práctica una avanzada tecnología mediante la cual las fuerzas magnéticas elevan, propulsan y guían los vagones sobre el raíl. Así, ningún elemento de la unidad vehicular toca la superficie de la vía, de modo que el tren flota mientras avanza a gran velocidad. Sin fricción se reduce el mantenimiento del sistema logrando un transporte suave y silencioso. Las primeras pruebas se remontan a 1984. En 1989 se concluyó con éxito la conexión entre la estación Oe y el puerto de Nagoya. Por su parte, la empresa Transrapid inició sus experiencias con la levitación magnética en la ciudad alemana de Emsland y estableció en 1993 un récord mundial para el Maglev alcanzando los 450 km/h. La construcción de su primer transporte comercial comenzó en 2001 y tres años más tarde se cubrían los treinta kilómetros de la línea que une el aeropuerto internacional de Pudong en Shanghai con el distrito financiero de la ciudad en aproximadamente ocho minutos. El Maglev de Shanghai es el sistema ferroviario más veloz del mundo con un servicio regular que literalmente vuela a 430 km/h.
Maglev Shanghai |
La mayor parte de estos transportes fueron diseñados para cubrir distancias cortas. Con excepción del monorraíl chino de Chongqing (2005) cuya red supera ya los setenta kilómetros (la más extensa del mundo) o algunos japoneses como el de Osaka (1990) que alcanza los veinticinco, seguidos por el monorraíl de Tokio (1964) de diecisiete kilómetros y su variante del oeste, el Tama Toshi, (1998) de dieciséis.
monorraíl en Tokio |
monorraíl en Zaragoza |
En España, el único que circula desde 2008 es el monorraíl automático de Zaragoza. Sus cuatro vagones de apenas veinte metros de largo recorren 600 metros en tres minutos para conectar una zona comercial. De hecho, el monorraíl es un moderno y atractivo sistema de transporte tanto turístico como funcional. Una excelente opción en ciudades extensamente urbanizadas y con un transporte congestionado. Tal es el caso del recién estrenado monorraíl de Mumbai, en la India, que resuelve los problemas de movilidad de más de siete millones de personas al día.
proyecto UbiCit, Montreal |
El crecimiento imparable de las urbes derivará en innovadores medios de transporte para satisfacer las necesidades de sus habitantes. Puede que no tengamos que esperar mucho para que se haga realidad el revolucionario monorraíl eléctrico de Montreal o el sistema skyTran desarrollado por la NASA. En este último, el concepto espacial se une al transporte ferroviario para proyectar un tren de levitación magnética suspendido. Los ocupantes de estas cabinas activadas bajo demanda (no más de tres por unidad) viajarán a más de 250 km/h, unos quince mil transportes por hora, en áreas del radio urbano y suburbano, facilitando igualmente las conexiones intermodales. Precisamente, el pasado mes de junio skyTran firmó un acuerdo con la Industria Aeroespacial Israelí (IAI) para construir el primer sistema de su clase en Tel Aviv, que entrará en funcionamiento en 2016. Su coste, unos 58 millones de euros. Otras ciudades que planean contar con este futurista monorraíl son Toulouse (Francia), Kerala (India) y la bahía de San Francisco, en California.
Más información: http://www.skytran.us/skytran/