Encontramos nuestro vagón mientras un agudo silbido suena a lo lejos. De repente, un movimiento nos empuja y comienza el traqueteo inconfundible bajo nuestros pies, miramos a nuestro alrededor y el paisaje cobra vida. Entonces tomamos asiento porque nuestro viaje ha comenzado.
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10 febrero, 2014

EL VAPOR DE LA VENDIMIA

Además de crucero río arriba, otra manera de descubrir el valle del Duero es a bordo del tren de vapor que realiza un viaje en el tiempo a través de colinas colmadas de vides. Es el hogar del famoso Oporto, un vino cuyas cualidades únicas le distinguieron como la primera región con Denominación de Origen del mundo.

Las primeras obras en la construcción del ferrocarril en el norte de Portugal comenzaron cerca del río Miño el 8 de julio de 1872. Tres años más tarde se abrirían oficialmente al público los treinta primeros kilómetros al norte del río Duero entre Ermesinde y Braga, que poco después se extenderían hasta Penafiel. La línea fue construida en el ancho ibérico (1668 mm), en una sola vía, si bien se desdoblaba entre Ermesinde y Valongo. Por aquel entonces, la economía portuguesa experimentaba un gran dinamismo: el comercio portuario florecía en apenas cuatro años y el tramo final que atravesaba la frontera y pisaba suelo español se ultimaba a partir de 1883. Este carril debía continuar por tierras del interior de Castilla y desde su llegada a Salamanca alcanzar Madrid, sin embargo, el ferrocarril en territorio español se desarrollaba con gran retraso. Así, la línea se paraba inexorablemente en Barca de Alva, lugar que delimita el Duero navegable y donde se alza el primer puente que une las dos orillas en territorio luso.
Las dificultades de la construcción se agudizaron en la parte final del trazado a medida que avanzaba en dirección a La Fregeneda. A partir de este punto, fue necesario construir casi una auténtica línea alpina con curvas de radio mínimo de 300 metros y pendientes de 21 milésimas, además de trece impresionantes puentes y veinte túneles que sumaban 4.293 metros de longitud. Con todo, a finales de 1887, se terminaba la bifurcación de Salamanca hasta el puente internacional del río Águeda (que con sus 184 metros era el más largo del recorrido), donde el primer convoy oficial procedente del territorio portugués se reunía con los procedentes de España en ceremonia solemne.
La importancia de la línea del Duero se hizo notable en las tres primeras décadas del siglo pasado. El desarrollo de las vías de comunicación en la provincia de Tras-os-Montes permitió un significativo aumento del flujo de mercancías, las cuales eran remolcadas por locomotoras británicas (Beyer Peacock y Sharp Stewart), las más modernas del mundo en ese momento. 
A finales de los años veinte, la estatal Comboios de Portugal (CP) dispuso una serie de mejoras estructurales entre las que se incluyó la renovación completa de la estructura de la vía, acompañado de un fortalecimiento de las obras existentes, por lo que fueron definitivamente eliminadas las restricciones de carga (ya que se habían adquirido coches más modernos y de mayor capacidad junto con nuevas locomotoras alemanas Borsig Henschel, que eran mucho más pesadas que las anteriores). Cuando en 1985 RENFE decide suspender los servicios en la sección de Boadilla-Barca de Alva el ferrocarril portugués se queda sin continuidad en el exterior. Con la pérdida del tráfico internacional CP tuvo que cerrar su sección este. El servicio fue cortado en Pocinho en 1988 y desde entonces ha permanecido como término de la línea. 
a su paso por Pocinho
Hoy, la locomotora de vapor 0186 construida por Henschel & Son en 1925 junto con sus cinco antiguos vagones de madera recupera su marcha como atracción turística temporal. Su ruta sigue el compás de los bellos paisajes del río Duero, incluyendo la famosa región vitinícola del Alto Duero, declarada en 2001 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. 
El vapor, entre junio y octubre, recorre en una hora y media el trayecto entre Peso da Régua y Tua. A una velocidad de treinta kilómetros por hora se suceden al otro lado de la ventanilla terrazas tapizadas de viñas, pequeñas aldeas y estaciones decoradas con azulejos que reproducen la vendimia y otras tareas agrícolas relacionadas con el vino.
Peso da Régua es la localidad más importante de la ruta pues ejerce de base comercial y administrativa al contar con la sede del Instituto del Vino de Oporto, organismo regulador de los caldos de la región demarcada del Duero. Asentada junto al río y a menos de cien kilómetros de Oporto es una ciudad vital, de fachadas coloristas y con un muelle fluvial ajardinado. 
estación de Pinhao
En apenas veinte minutos el tren alcanza Pinhão. Su mirador de San Salvador do Mundo ofrece una vista panorámica del río a sus pies con la silueta de alguna quinta en la distancia. Destaca su estación de ferrocarril decorada con veinticinco azulejos que recrean escenas tradicionales de los paisajes locales. A trece kilómetros al norte de Pinhão encontramos Favaios, famoso por su moscatel. Un corto tramo en coche o en barco remontando el río conduce hasta Vila Real, capital de la provincia de Tras-os-Montes y destacado núcleo comercial. Son numerosos los pueblos que aparecen alrededor de bodegas fundadas por los ingleses en el siglo XVII: São João da Pesqueira, Sabrosa, Vila Nova o Lamego se asoman al Duero desde sus casas de cal y piedra. Todos disponen de una pequeña iglesia blanca, una pista empinada que baja al río, y, como no podía ser de otra manera, una tranquila y hermosa estación de ferrocarril. En esta región la viña se cultiva en bancales, en una inmensa sucesión de terrazas naturales dispuestas en un terreno escarpado y pizarroso a orillas del río, donde dibujan un delicado entramado pardo y dorado. Se producen vinos blancos y tintos, y el famoso vino de Oporto, de fuerte e intenso sabor cuando es joven, que se vuelve suave y aterciopelado con el tiempo, el denominado 'Vintage'. Una producción regulada y demarcada en 1756, que se extiende por la cuenca hidrográfica del Duero desde Barqueiros hasta Barca de Alva, en el límite con España.
Dadas sus peculiaridades geográficas la cadencia de nuestro vapor constituye el mejor medio para sumarnos a la vendimia y saborear el intenso aroma a frutas y flores de estos inconfundibles licores.


Más información:
http://www.linhadodouro.net/