Encontramos nuestro vagón mientras un agudo silbido suena a lo lejos. De repente, un movimiento nos empuja y comienza el traqueteo inconfundible bajo nuestros pies, miramos a nuestro alrededor y el paisaje cobra vida. Entonces tomamos asiento porque nuestro viaje ha comenzado.
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20 noviembre, 2014

GRANDES ESTACIONES: SAO BENTO, OPORTO

La conocida como ciudad de los puentes por ser el último bastión del río Duero antes de adentrarse en el mar posee en la actualidad dos pequeñas estaciones Campanhã y São Bento. La primera de ellas, inaugurada en 1875, fue por algún tiempo la principal estación de Oporto hasta que a finales de siglo con el aumento de la población empezó a quedarse pequeña. Surgiría entonces el proyecto de una nueva terminal ferroviaria, obra del arquitecto luso José Porto Marques da Silva que destacó inmediatamente por su inconfundible estilo neoclásico afrancesado resultado de las sucesivas modificaciones del diseño original creado en 1899.
El primer tren llegó a São Bento el 17 de noviembre de 1896, pero el edificio no abrió sus puertas hasta 1903. De hecho, la terminal se empezó a construir en 1900, cuando el rey Carlos I puso la primera piedra, como parte de un plan para dar impulso al transporte ferroviario en el territorio luso.
Situada en pleno núcleo urbano, en el lado oriental de la Plaza da Libertade, la estación toma su nombre del Convento de São Bento de Avé-Maria datado en el siglo IX, el cual estaba ubicado en este mismo emplazamiento y del que tan solo se conservaba la fachada principal.
São Bento es la estación más céntrica de Oporto, a la que se llega a pie desde la esquina de la Avenida dos Aliados. Se trata de un edificio de porte modernista y constituye un excelente ejemplo de la corriente Art Nouveau que proliferó a principios del siglo XX en la ciudad.
En la fachada principal situada entre las céntricas calles Loureiro y Madeira y frente a la turística Plaza Almeida Garrett, destacan sus siete ventanas en forma de arco de medio punto y sus dos torres de eminente estilo francés rematadas con un reloj cada una. La planta en forma de U y dividida en dos niveles comienza en el vestíbulo y acaba conduciendo a la gran nave central desde donde se divisan parte de las cinco plataformas situadas bajo una amplia y luminosa estructura de hierro y cristal.
Antes de que la estación fuera terminada, a principios del siglo veinte, se planteó la construcción de otro nuevo edificio para albergar la oficina de correos y telégrafos en la Rua do Loureiro que nunca llegó a realizarse. Poco tiempo después, en 1915, tan solo un año antes de su inauguración oficial e inspirándose en la fachada de azulejos del antiguo convento que antes ocupaba el lugar, Jorge Colaço decide decorar el vestíbulo con 550 metros cuadrados de azulejos. El mural suma alrededor de veinte mil piezas en la habitual tonalidad azulada de la cerámica portuguesa, que muestran algunos de los momentos más emblemáticos de la historia de Portugal mientras cubren la mayor parte de la aurícula. Unos paneles que representan escenas campesinas y episodios relacionados con la fundación y la historia de la ciudad, como la reunión de la caballería Egas Moniz y Alfonso VII de León, la entrada triunfal de Don João I en Oporto en 1386 o la conquista de Ceuta en 1415. El friso policromado que decora el tramo superior de las paredes es de tamaño más reducido y reproduce la llegada del primer tren a Oporto así como algunas escenas costumbristas.
El níveo techo del vestíbulo de entrada ornamentado en relieve exhibe en grandes caracteres el nombre de los ríos más cercanos, Minho y Douro, marcando así el norte (que da acceso a los andenes) y la parte sur respectivamente.
En los andenes la cubierta de vidrio a dos aguas se eleva grácilmente sostenida por sólidos pilares de hierro. Aquí, destaca el contraste entre la vetusta estación y los modernos trenes que circulan por sus vías a través de los decrépitos edificios circundantes.

La estación es la sede de la CP Urbanos do Porto perteneciente a Caminhos de Ferro Portugueses, empresa pública portuguesa de ferrocarril, que ofrece conexiones en un radio de sesenta kilómetros de la ciudad de Oporto. Así, São Bento sirve de enclave para trenes de cercanías y regionales. De sus vías salen servicios directos hacia las ciudades de Braga, Viana do Castelo y algunas situadas en la región del Duero. También conecta con las principales líneas de metro de la ciudad y otros medios de transporte interurbanos.

Más información: http://www.cp.pt/passageiros/pt