En octubre de 1927, la Union Station abrió sus puertas oficialmente a las 6:50 a.m., cuando el Baltimore-Ohio-Pittsburg Express llegaba a la terminal. Diseñada por el arquitecto Daniel Burnham, la estación fue originalmente edificada en 1908 y alcanzó un coste de 25 millones de dólares. El granito blanco y las líneas clásicas de la Union Station iniciaron un estilo que compartiría con el resto de monumentos arquitectónicos construidos durante los cuarenta años siguientes: los Monumentos a Lincoln y Jefferson, el Triángulo Federal, el Edificio de la Corte Suprema y la Galería Nacional de Arte. La fachada neoclásica de la entrada principal muestra dibujos que representan el fuego, la electricidad, la agricultura y la mecánica, cada uno de 25 toneladas de peso. En el interior, las columnas del hall este están hechas de escayola, una cuidada imitación del mármol. Todos los trabajos de madera de la estación, incluidas las oficinas, quioscos, mostradores y asientos son de caoba maciza.
figuras de la arcada superior |
El hall principal mide más de treinta y seis metros cuadrados y tiene casi treinta metros de altura. El perímetro de la arcada superior fue completado con 36 figuras de escayola en forma de legionarios romanos que inicialmente fueron tallados desnudos, si bien las autoridades temiendo que el
público se ofendería, convinieron en colocar escudos en cada una de ellas. Si
nos fijamos bien, el gran reloj del vestíbulo principal muestra el número
romano IIII donde debería mostrar IV. Algo que la restauración de 1988 ha
conservado tal cual. En esta fueron usados los mismos materiales originales de
la construcción, lo cual en el caso de la escayola (usada en un primer momento
como medida de ahorro) supuso un coste mayor que si se hubiese tratado de
materiales nobles.
Hay ocho quioscos y dos galerías en el hall este. En la
actualidad, más de 130 tiendas y restaurantes llenan la estación: farmacias,
cajeros, tiendas de fotografía, delicatessen, alquiler de coches y oficinas de
cambio. Además la operadora ferroviaria Amtrak tiene aquí su sede y oficinas
ejecutivas. Las cifras la sitúan como una de las estaciones más grandes del mundo: 18.580
metros cuadrados dedicados al viajero, nueve mil para las oficinas de Amtrak y
diecinueve mil más para espacio en alquiler de los que 4.600 son para
restauración. Cuenta con ser una de las localizaciones más visitadas del distrito federal de Washington con más de 32 millones de visitantes al año, más de 90 mil al día. Mediante
una ley decretada por el Congreso en 1981, la Union Station es preservada como
tesoro nacional. Desde que reabriera sus puertas en 1988, la estación ha
acogido importantes citas culturales y más de un centenar de actos benéficos
han sido celebrados en su hall.
Proyecto de ampliación de la Union Station |
La empresa Amtrak ha iniciado recientemente un plan para
revitalizar la estación consistente en un centro intermodal con un incremento
de sus capacidades y una actividad renovada. Y es que la estación no solo proporciona
la primera impresión de la ciudad para sus muchos visitantes sino que es
asimismo uno de los centros de transporte multimodal más concurridos del país.
De hecho, actualmente está funcionando por encima de su capacidad, dando cien
mil servicios cada día con trenes Amtrak y cercanías, además de metro y autobús.
Por este motivo, el proyecto posiciona a la Union Station como parte de un plan
de inversión para el corredor noreste que pasa por acomodar más niveles de vías,
plataformas y vestíbulos bajo el nivel existente. Los cambios permitirán incrementar
los servicios de cercanías e interurbanos con sitio para una próxima expansión
de alto rendimiento, la alta velocidad. La construcción, que se extiende de quince a veinte años, tiene un coste estimado de 7,5 mil millones de dólares. El
resultado triplicaría la capacidad de pasajeros y generaría más del doble de
su coste en volumen de negocio.
Para más información: http://www.unionstationdc.com/