El Bernina Express es un tren de montaña que conecta Suiza con Italia desde 1973. Un ferrocarril único en su clase ya que el 30 por ciento de las vías se encuentra a 1.500 metros sobre el nivel del mar. Este célebre tren rojo ofrece un viaje al recuerdo mientras se sumerge en las bellezas naturales del cantón de los Grisones.
La Compañía de Ferrocarriles Suizos construyó el último
tramo de esta línea entre 1908 y 1910. Mientras el recorrido original conecta los
61 kilómetros entre St. Moritz y Tirano (el cual supone apenas dos horas y
media), el viaje completo en el Bernina Express conlleva cuatro horas para una
distancia de 144 km a través de los Alpes. Con salida desde Chur, la capital
del cantón más grande del país (de unos 35.000 habitantes y situada a casi 400
metros sobre el mar), es considerada la ciudad más vieja de toda Suiza. Importante
centro ferroviario, multitud de líneas salen desde aquí como el Arosa Express, o
el famoso Glacier Express.
A efectos prácticos esta línea alpina está dividida en dos: la línea Albula que une Chur con St. Moritz, y la línea Bernina que enlaza esta última con Tirano. El recorrido incluye 196 puentes y 55 túneles, además de dos viaductos. Uno de ellos es el espectacular viaducto Landwasser, también conocido como puente de Filisur, el cual se extiende a lo largo de los 136 metros que ocupan sus seis enormes arcos de piedra ligeramente curvados a 65 metros de altura. Después, el tren llega al túnel de Albula (el más largo de los Alpes con 5.865 metros y a una altura de 1.883 metros) que abierto en 1903 atraviesa el macizo montañoso homónimo. El punto más alto de la línea lo encontramos en Ospozio Bernina, a 2.253 metros sobre el nivel del mar, al que accede sin la asistencia de un mecanismo de cremallera o piñón. A continuación un camino sin desniveles nos lleva a lo largo del Lago Bianco hasta Alp Grüm, la última estación en territorio alemán. Desde aquí bajamos en zigzag hasta Cavaglia, cerca del fondo del valle, y luego hasta Poschiavo. Poco después habremos traspasado la frontera italiana pero dada la dificultad del trazado, en esos cinco kilómetros el tren necesita algo más de cuarenta minutos para poder descender por innumerables giros y curvas. En apenas unas pocas decenas de metros, este expreso es capaz de superar un brusco desnivel: el famoso viaducto helicoidal de 360 grados, el Kreis (nueve arcos en una distancia de 116 metros), situado en Brusio. Finalmente llegamos a la ciudad de Tirano, el punto más bajo del recorrido a 429 metros. En la parte italiana el Bernina usa las calles de los pueblos y al verlo atravesar la plaza del Santuario de la Madonna (Tirano) bien parece más un tranvía que un tren convencional.
Los ferrocarriles réticos fueron declarados en el año 2008 Patrimonio de la Humanidad por ser una obra maestra de la ingeniería y debido a los paisajes que descubren a su paso. Ciertamente, este tren panorámico da a conocer los atractivos turísticos de la región, reduciendo al máximo el impacto ambiental sobre el territorio. Y es que aún hoy, la mayor parte de los 700.000 viajeros que utilizan estos ferrocarriles en ambos sentidos son turistas. Por este motivo todo el viaje es narrado en varios idiomas. La primera parte del trayecto discurre a lo largo del río Rhin donde se pueden observar antiguos castillos y numerosas ruinas. El pasaje de primera, ida y vuelta, cuesta unos 119 euros, el de segunda 72 euros. Durante el verano conviene reservar para poder disfrutar del espléndido paisaje a través de los amplios ventanales panorámicos.
Atraviesa glaciares e inmensos lagos, sobrepasa escarpadas laderas, imponentes valles y extensos bosques de abetos. Es el Bernina Express, la transversal alpina más alta de toda Europa.
Más Información: http://www.rhb.ch/