Encontramos nuestro vagón mientras un agudo silbido suena a lo lejos. De repente, un movimiento nos empuja y comienza el traqueteo inconfundible bajo nuestros pies, miramos a nuestro alrededor y el paisaje cobra vida. Entonces tomamos asiento porque nuestro viaje ha comenzado.
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20 abril, 2013

EL HALCÓN DE LAS VÍAS

Tras una década de espera el primer tren de alta velocidad en Rusia fue puesto en servicio en 2009. Su nombre es Sapsán, un ferrocarril que vuela sobre los raíles como el halcón peregrino del que toma su nombre. 

Rusia siempre ha contado con una larga tradición ferroviaria. Las características geográficas del país han hecho que en muchas ocasiones sea este el transporte más seguro y directo. El transiberiano es buena prueba de ello y por eso es tan apreciado por la población. Con la Rusia Federada, más capitalista y competitiva, llegaba la oportunidad de modernizarse y afrontar nuevos desafíos. El país, que no quiere quedarse atrás en la carrera por la alta velocidad, ha presentado un proyecto que se alarga hasta el año 2030, cuando las nuevas vías pasarán de los actuales 650 kilómetros a sobrepasar los diez mil. El cambio económico en Rusia, el crecimiento del intercambio de mercancías y las nuevas rutas abiertas en los últimos años han servido de estímulo para desarrollar un plan para la alta velocidad a largo plazo. Antes de 1917 el transporte por ferrocarril era exiguo considerando el tamaño del país, si bien durante el periodo soviético hasta la década de los noventa se expandió enormemente para volver a decaer tras la desintegración de la Unión Soviética. Así, los Ferrocarriles Rusos nacen en 1992 como un monopolio estatal, cuenta con 1,2 millones de empleados y una participación en el mercado interno ruso (sin contar los oleoductos) superior al 80%. La contribución de la operadora ferroviaria al PIB ruso se sitúa alrededor del 1.9% (datos de 2011). Dentro de las prioridades de la compañía se encuentra la de completar los proyectos existentes para los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi en 2014, un dispendio de nada menos que de 33.000 millones de rublos (825 millones de euros).
Red ferroviaria rusa
Rusia da el primer paso en 2005 con la compra de ocho trenes Velaro RUS (una nueva versión del conocido S ICE3 Velaro adaptado a las condiciones climáticas rusas), una operación valorada en 276 millones de euros a los que se añaden otros 354 millones por el mantenimiento durante 30 años a cargo de la alemana Siemens. Por fin, en noviembre de 2008 el primer tren llega al puerto ruso de Baltiisk. Los trenes Velaro son bien conocidos en Austria, Holanda, España y China. Aunque los rusos tienen algunas particularidades estructurales que los diferencian de sus parientes europeos. Por ejemplo, este tren es capaz de funcionar a temperaturas de hasta 50ºC bajo cero y posee una capacidad de carga mayor, lo cual se debe a que el ancho de la vía es de 1.520 mm, en lugar de los 1.435 mm que imperan en el resto del continente. Asimismo, su sistema automático de navegación utiliza tecnología por satélite integrada con los centros operativos, de modo que el sistema determina el horario de los trenes, emite diagnósticos acerca de la infraestructura e incluso permite conducir automáticamente la máquina lo que reduce el riesgo de accidentes en un 15%. Además este tren es más ligero, seguro y eficaz energéticamente que su predecesor el ER-200.
Cada Sapsán tiene 10 vagones, dos de primera clase (incluyen espacio extra, comida caliente a la carta, periódicos y revistas, WIFI y packs de viaje) siete de clase económica, y el vagón restaurante. Tiene 250 metros de largo y una capacidad de 598 pasajeros. Otra característica destacable es su peso de apenas 667 toneladas, ya que los coches están hechos de aluminio. El tren directo que parte de la estación Leningrado en Moscú y recorre 645 kilómetros hasta San Petersburgo tarda 3 horas 45 minutos sin paradas. Muy lejos quedan aquellos viajes sobre la primera vía construida en 1851 cuando el tren se demoraba hasta dos días saltando sobre baches a lo largo de kilómetros de espesa nieve. Para superar los 436 kilómetros que separan Moscú de Nizhny Nóvgorod el tren consume diez minutos más pues estos trenes alcanzan un máximo de 160 km/h. Tal es su compromiso con el servicio prestado que si el Sapsán llega con 30 minutos de demora se devuelve el importe del billete. 
Por el momento la media de ocupación es del 84.5%. Un resultado muy satisfactorio para trenes de esta categoría, siendo la media europea de alrededor del 60%. Según los Ferrocarriles Rusos, desde que se completara la línea San Petersburgo - Moscú - Nizhny Nóvgorod en marzo de 2011, esta ruta ha transportado más de 2,5 millones de personas. La alta ocupación y la competitividad del precio del billete (desde 125 euros en primera, 80 euros en segunda) con respecto al avión han hecho del Sapsán un proyecto altamente rentable: su margen de beneficio excede el 30% según el presidente de la operadora rusa Vladimir Yakunin. Como resultado, el coste de adquisición y mantenimiento podrían ser recuperados en tan solo seis años.
Aunque en 2010 marcó un récord nacional de 290 kilómetros por hora, actualmente el Sapsán circula a una velocidad máxima de 250 km/h. Cuando las nuevas vías de alta velocidad estén finalizadas estos trenes podrán duplicar la velocidad del imbatible ave que les da nombre. 


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