Considerado como uno de los mejores panorámicos de Nueva Zelanda el TranzAlpine comenzó a rodar el 22 noviembre de 1987 reemplazando a los tradicionales expresos que unían Christchurch con Greymouth. Una nueva versión orientada al turismo que supuso una renovación tanto de la antigua línea como de la compañía.
El recorrido comienza en las llanuras de Canterbury, una tierra rica en plantaciones y ganado surcada por el río Waimakariri. Veinte minutos después de poner rumbo al oeste, las montañas aparecen frente al viajero con su imponente cumbre blanca. Son los Alpes neozelandeses, una cadena montañosa de 450 kilómetros de extensión en la que se encuentra el pico más alto del país, el Monte Cook, de 3.754 metros de altitud. A unos ochenta kilómetros del punto de partida, Chistchurch, llega nuestra primera parada, Springfield. La línea discurre por un antiguo ramal de la ruta original que ya recorría las montañas en 1860 cuando el viaje llevaba hasta cuatro días. El tren se dirige entonces hacia el primer túnel, tras el cual surge el valle de Shagri-la, dotado de verdes prados y extensos cultivos. Siguiendo el horario previsto, a las 10.30 am se llega a la estación Arthur's Pass, un puerto de montaña situado a 737 metros, el punto más alto de todo el recorrido. Su nombre se debe a Arthur Dobson, un joven agricultor británico que llevó a los primeros europeos a través de los Alpes del sur neozelandeses en 1864.
No mucho tiempo después, el hallazgo de oro cerca de Greymouth, en la costa oeste, provocó una auténtica fiebre del oro, el cual tenía que ser embarcado en Sydney y Melbourne en ausencia de un transporte adecuado en las montañas de Chistchurch. De este modo fue como se impulsó la construcción de nuevas infraestructuras: la carretera pronto estuvo acabada, no así la línea férrea que se convirtió en una obra titánica. Hasta 1906 no se pudo alcanzar el Paso de Arthur y con todo aún quedaba la sección más dura. La única manera de abordar las infranqueables montañas por el oeste pasaba por excavar un túnel. Una hazaña enormemente difícil y peligrosa que llevaría diecisiete años. Para entonces la fiebre del oro era ya cosa del pasado, si bien el carbón le tomaría el relevo dando una nueva utilidad a la línea que perdura hasta nuestros días.
túnel Otira |
Casi inmediatamente después de dejar el Paso el tren se adentra en la montaña a través del túnel Otira, de 8.6 kilómetros de longitud. Abierto en 1923 se convirtió entonces en el más largo del Imperio británico, el séptimo del mundo. Alrededor de las doce del mediodía el tren llega al sitio minero de Old Brunner, atravesando el valle que lleva al otro lado del río Grey. A continuación pasa Dobson, una antigua ciudad dedicada al carbón que, como tantas otras, en la actualidad permanece abandonada.
Más tarde el ferrocarril descenderá al bosque subtropical y bordeará el lago Brunner hasta alcanzar finalmente Greymouth a las 12.45 pm. Una pequeña ciudad que constituye el núcleo principal de la costa oeste del archipiélago neozelandés.
a su paso por el acueducto Staircase |
Un viaje de 223.8 kilómetros en los que el TranzAlpine emplea cuatro horas y media. Entretanto, habrá cruzado una serie de puentes de acero sobre las profundas gargantas de la montaña y atravesado dieciséis cortos túneles. A estos se suman cinco viaductos de los cuales el más alto es el famoso Staircase que traspasa el río a 73 metros de altura.
La operadora encargada del funcionamiento de este servicio diario es Kiwi Rail. Recientemente, el TranzAlpine ha sido relanzado con sus nuevos coches panorámicos AK construidos en Dunedin en 2012 reemplazando así los viejos vagones de los años cincuenta. Ahora, cuentan con sistemas de suspensión avanzada que harán más cómoda la travesía y enormes ventanales panorámicos para que no se nos escape ni un solo detalle del paisaje.
Más información: http://www.railnewzealand.com/trains/