Conocida en sus orígenes con el nombre de 'Embarcadère des Batignolles' por su sencillo diseño de madera con dos rampas que daban acceso a la única vía principal, la primera estación se edificó a la salida del túnel de Batignolles cerca de la Plaza de Europa. Fue inaugurada en 1837 por la Reina Marie-Amélie esposa del Rey Louis Philippe al mismo tiempo que la línea París-Saint Germain, la primera línea de ferrocarril que partía desde París hacia Le Pecq.
Este primer edificio de la terminal no tardó en ser ampliado hacia la Rue d'Amsterdam y la Rue de Rome por el arquitecto galo Alfred Armand. Unas obras financiadas por los hermanos Péreire, principales promotores del proyecto, que deseaban extender el ferrocarril parisino hasta el mismo centro de la capital, concretamente hasta la calle Tronchet que desembocaba en la histórica Plaza de la Madeleine. Así, en 1843, y a medida que aumentaba la demanda del ferrocarril como principal medio de transporte, se abrirían dos nuevas líneas con destino a Rouen y Le Havre. De este modo la estación continuaba creciendo mientras el trazado de sus vías se prolongaba hasta la misma Rue de Saint-Lazare. Fue así como la terminal tomaba su nombre en los tiempos en que contaba con tres líneas. Apenas una década más tarde, en 1854, la estación de Saint Lazare sumaba catorce plataformas en total.
Hotel Terminus a la derecha, 1900 |
No obstante, no sería hasta 1876 cuando alcanzara los veinticinco millones de pasajeros anuales y con ello la necesidad de una nueva ampliación. En 1885, la Compañía de Ferrocarriles del Oeste encargó al arquitecto Juste Lisch que reuniera todas las edificaciones bajo una misma galería. La cuarta ampliación fue llevada a cabo con motivo de la Exposición Universal de 1889. Se estrenaban igualmente para la ocasión el Puente de Europa, bajo el que pasaba el trazado del ferrocarril, así como el antiguo Hotel Terminus (el Hotel Concorde-Opéra actualmente) el cual Lisch comunicó con la estación a través de una moderna pasarela de cristal.
Con el inicio del siglo el número de líneas ya se había triplicado. La llegada del metro en 1905 significó abrir la fachada principal y construir escaleras de acceso. En los años veinte comenzaban las tareas de electrificación que no serían completadas hasta pasada la década de los sesenta.
En las dos décadas siguientes la estación no conseguía manejar el flujo de pasajeros y no alcanzaba los estándares de accesibilidad y funcionalidad. Para remediar tal caos, en 1996 la operadora SNCF lanzaba un proyecto que prometía renovar y reestructurar la estación y las áreas comerciales. El proyecto 'Demain Saint-Lazare' pretendía rediseñar la terminal y convertirla en una de las más modernas y funcionales estaciones de la capital francesa, todo ello sin alterar su histórico diseño declarado Monumento Nacional en 1984.
En 2002 se acometían las primeras tareas de restauración. Se optó por el cristal para atraer la luz natural hacia el interior, mientras, a su vez, los espacios abiertos y el acero modernizaban las estructuras y aligeraban el conjunto. Por su parte, el uso de la piedra reconciliaba el nuevo diseño con el vetusto estilo de los históricos edificios parisinos.
La actual estación de Saint Lazare se encuentra a unos 150 metros al noroeste del que fuera su emplazamiento original, ocupa 30.000 metros cuadrados (de los cuales diez mil son de tránsito) en el octavo distrito de París, en el sector Haussman-Opéra-Saint-Lazare, el principal barrio de compras y negocios de la capital, además de uno de los más turísticos.
Bautizada en marzo de 2012 como St. Lazare Paris, las recién estrenadas galerías dispuestas en tres niveles dieron cabida a ochenta establecimientos, de los cuales trece son negocios dedicados a la restauración. Un área comercial cuyo volumen de negocio genera alrededor de cien millones de euros anuales. En ella, el vestíbulo a nivel de calle une los elementos principales de la estación mediante un solo atrio que toma la luz natural de camino al nivel inferior. Entre otras innovaciones se han añadido veinte escaleras mecánicas (a las ocho existentes) para mejorar el acceso hacia la estación subterránea, cuatro modernos ascensores y más de doscientas plazas de garaje para comodidad del viajero.
La más antigua de las seis grandes estaciones que dibujan el perfil urbano de París se ha consolidado como el mayor centro intermodal de la capital, con dos líneas rápidas RER (A y E), seis enlaces vía metro y veintisiete lanzaderas mediante bus. Principal punto de llegada de los trenes InterCity con destino a Normandía y Bretaña, es la segunda estación ferroviaria con mayor número de pasajeros de toda Francia (por detrás de la estación du Nord de París) con 450.000 usuarios al día, de los cuales el 16% no son pasajeros.
Pieza fundamental de la arquitectura ferroviaria, Saint Lazare ha servido de inspiración a las artes parisinas desde el siglo XIX. Representada en numerosas ocasiones entre los años 1870 y 1880, los recién nombrados pintores impresionistas no dudaron en elegirla como musa. Asimismo, la estación también ha sido objeto de diversos estudios fotográficos y filmaciones cinematográficas (French Kiss, 1995). Un reconocimiento que el Museo de Orsay y la Galería Nacional de Arte de Washington le concedieron en 1998 con una exposición denominada 'Manet, Monet y la estación de Saint Lazare' donde fue protagonista absoluta.
Más información: http://stlazareparis.com/