El Rocky Montaineer conecta el oeste de Canadá con las
Rocosas canadienses de la Columbia Británica. En sus rutas sólo circula de día para
que sus pasajeros contemplen la naturaleza en todo su esplendor: lagos y ríos procedentes del deshielo de
glaciares, bosques de miles de colores y siempre las espectaculares montañas de fondo.
Hay más de una manera de cruzar las montañas Rocosas en
tren. El operador ferroviario Amtrak ofrece al menos media docena de maneras
para hacerlo. Una de ellas es el conocido California Zephyr, del que ya hemos hablado
en este blog, que conecta San Francisco con Chicago y pasa por las Rocosas en
su trayecto entre Denver y Salt Lake City. Otra posibilidad es ir de costa a
costa, de Nueva York a San Francisco, en una ruta de tres mil millas y tres días de
duración. Por su parte, la operadora VIA Rail propone el Canadiense, un viejo conocido que une Toronto y Vancouver de dos a tres veces por semana durante todo el año. Aunque sin
duda uno de los trenes turísticos más memorables de Norteamérica que podemos elegir para adentrarnos en las Rocosas es el Rocky Mountaineer.
Actualmente el Rocky Mountaineer Express es propiedad del
grupo Armstrong, que en 1990 compró a VIA Rail su tren escénico junto con sus nueve locomotoras FP40-2 de 132 toneladas de peso cada una. Desde sus comienzos este
tren se ha convertido en uno de los más rentables y reconocidos de Norteamérica puesto que ya ha
transportado más de un millón de pasajeros. La temporada comienza en abril y se
prolonga hasta mediados de octubre. Son cuatro rutas diferentes las que enlazan la Columbia Británica con la región de Alberta a través de las montañas Rocosas.
estación Lake Louise |
El recorrido más popular es el dedicado a la ruta histórica que siguió el primer transcontinental canadiense, la línea de ferrocarril que en 1885 consiguió unir por primera vez todo el país. Así, el llamado "Primer pasaje hacia el Oeste" es un viaje de dos días entre Vancouver, la estación del Lago Louise y el Parque Nacional Banff hasta la ciudad de Calgary, con parada en Kamloops para pasar la noche. Resultan sorprendentes los dos túneles en espiral construidos en 1907 para traspasar las colinas justo antes de llegar a Banff. Dentro del primero el tren describe una espiral completa para emerger al otro lado de la falda de la montaña. De este modo se reemplazaba una peligrosa sección de la línea conocida como 'Big Hill', muy temida por los maquinistas. El puente más alto de Norteamérica, llamado Stoney Creek, de 147 metros de largo y 99 de alto, levantado en 1929, es el último de los tres construidos en este tramo.
sobre el Stoney Creek |
El segundo recorrido es el llamado "Viaje a través de las
nubes", el único en su clase que parte desde Vancouver hasta la ciudad de
Jasper, en Alberta, utilizando la misma ruta que tomara VIA Rail, la segunda
línea transcontinental construida en Canadá abierta en 1917. Dos veces a la
semana el tren viaja durante dos días para contemplar el monte Robson (con 3954 metros, el
pico más alto de las Rocosas canadienses), el cañón Fraser, el glaciar Albreda
y las magníficas Pyramid Falls.
La ruta que se adentra en la selva y redescubre la "fiebre
del oro" se inicia en el norte de Vancouver y pasa por Whistler hasta Prince
George y Jasper. El tren lleva a su pasaje a lo largo del río Fraser sobre la línea de la Pacific Great Eastern (PGE), que comenzó en 1885 y no fue completada
hasta 1952. Con una frecuencia semanal, el tren dedica dos días completos a
esta travesía. Destaca la pendiente de 2.2% que asciende durante 48 kilómetros para
alcanzar el cañón y dibujar así su perfil en lo alto de la
montaña con el río a sus pies. El viaje diario a Whistler en el Rocky Mountaineer tan solo dura
cuatro horas. Une el norte de Vancouver con la ciudad de Whistler a través del
Lion's Gate. Una cómoda manera de recorrer los 119 kilómetros que los separan pasando
sobre las cataratas Brandywine, de 59 metros de altura, y dejando atrás una vieja, y en otro tiempo importante, mina
de cobre.
El trayecto de "Costa a costa" incluye visitas a Toronto y Halifax, ya en el Atlántico. Asimismo, el año próximo incorporará un nuevo destino
a su recorrido pues durante doce sábados dará servicio en la ciudad
estadounidense de Seattle, en Washington.
Estos trenes disponen de tres clases de pasaje para elegir basado en la insignia nacional: la hoja roja es
la más económica y cuenta con asientos reclinables y comidas frías; en el otro
extremo se sitúa la hoja dorada, que ofrece un vagón de doble nivel con cúpula panorámica, amplios ventanales, y una zona de asientos que puede acomodar a grupos de cuatro y da acceso exclusivo al mirador u observatorio
al aire libre. La tarifa además incluye pasar las noches en hoteles cercanos. Desde hace dos años, la nueva hoja de
plata introduce vagones de un solo nivel con vistas panorámicas y asientos reclinables que pueden rotar para acoger a grupos. Al igual que la categoría anterior dispone de
servicio de restauración a la carta. Todo ello ha conseguido destacar al Rocky Mountaineer como la mejor experiencia del mundo sobre raíles en numerosas ocasiones.
Más información: http://www.rockymountaineer.com/